Hija de un rey

IMG-20140801-WA0008Desde que era un niño, supe que era diferente y siempre lo he tenido en cuenta, incluso cuando vivir de acuerdo con eso puede ser muy difícil. Mi nombre es Valentina Rodríguez, tengo 23 años, estoy en mi último año en la universidad, vivo en la Ciudad de México, soy una convertida a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, soy hija de mi Padre Celestial y soy transgénero.

Nací en una familia humilde y conservadora, el hijo menor con cuatro hermanas y un hermano. Me criaron como cualquier otro niño, sin favoritismos ni indulgencia de mis padres. Incluso entonces supe que no era un "niño", y esperaba que tal vez Dios se había equivocado conmigo, que de alguna manera se daría cuenta de ello y me convertiría en una niña en nombre de mis súplicas y mis oraciones (lo cual no sucedió). suceder). Fue a los 21 años cuando elegí ser y vivir como realmente me sentía, incluso cuando había salido del armario como gay algunos años antes, pero esto era nuevo, algo que excedía por completo lo que había vivido hasta ahora. Aceptarme como una mujer transgénero sería un desafío gigantesco no solo para mí, sino también para las personas que más me preocupan (mi familia y amigos).

Mi cambio físico fue gradual, tuve mucho tiempo para recopilar información de lo que me estaba pasando y también tuve tiempo para asimilar lo que me pasaría. Encontré mucho apoyo de muchas instituciones y organizaciones diferentes y pasé más de dos años antes de que pudiera comenzar el tratamiento de reemplazo hormonal: dos años de orar constantemente para que mi familia y amigos entendieran lo que quería hacer y que no cambiaran sus expectativas. se aleja de mí. Recuerdo que esos fueron momentos de desesperación
y miedo, miedo a no ser quien era y perder todo lo que tenía; afortunadamente, a lo largo de este proceso tuve el apoyo de mucha gente que creyó en mí, gente que entiende y sabe lo difícil que es vivir en las sombras siendo alguien que no eres.

Ahora vivo una vida completamente normal, llena de muchas bendiciones y rodeada de personas maravillosas que me ayudan a crecer día a día. Espero completar mi reasignación legal de género y trato de informar constantemente sobre lo que significa ser transgénero dentro de la comunidad LGBTQI y con todas las personas que deseen saber más o que de alguna manera estén pasando por lo que yo he pasado. Poco a poco voy superando el miedo a demostrar quién soy, no puedo decir que haya sido fácil, sobre todo al principio cuando me daba miedo salir a la calle y sentí que todos me juzgarían por mi forma de vestir o cómo me vestía. Me comporto. A decir verdad, es a través de la oración constante que puedo encontrar la fuerza dentro de mí para seguir adelante y no rendirme.

Estoy convencido de que Dios me ama y que tiene un plan para cada persona. También sé que las Escrituras son nuestra guía y fortaleza en la adversidad, que la oración es el medio para comunicarnos con nuestro Padre Celestial y que Dios llama a profetas para guiar nuestros pasos. Doy testimonio de la iglesia, sé que es verdad y también sé que Dios nos ama como somos y que dio su vida por nosotros. Me complace compartir mi testimonio con ustedes en el nombre de Jesucristo. Amén.