Salir del armario
Me sentía aterrada de volver a usar el traje. No importaba lo hermoso que fuera, no importaba lo deseable que otros lo encontraran, no había ningún punto en existir dentro de un disfraz.
Hay una enorme diferencia entre la ley de castidad que se espera que cumplan los miembros heterosexuales y la ley de castidad que se espera que cumplan los miembros gais. Como explicaré después, no son la misma y no tienen la misma dificultad para seguir. Por esta razón me referiré como si fueran dos leyes diferentes: la ley de castidad gay y la ley de castidad heterosexual.
Dios no me ha dado todas las respuestas. Eso sería demasiado fácil. Más bien, Él ha respondido a mis oraciones de la manera que solo un amoroso Padre Celestial puede. A medida que me he vuelto a Él para tener comprensión y orientación, me ha dado más razones para confiar en él y apoyarme en él. También me ha dado más que aprender.
No es agradable cuando no encajas. Y una de las maneras que tenemos de aprender a sobrellevarlo es sacrificar nuestra integridad. Supongo que todos hemos sido culpables de un podo de auto decepción para que no nos vean tan diferentes. Decir que estás de acuerdo con lo que el grupo está diciendo, cuando realmente no lo crees. Pero la auto decepción es difícil de soportar y difícil de mantener.
La primera vez que le dije a mi obispo que era gay me sentía extremadamente vulnerable. Fue uno de los momentos más vulnerables y frágiles de mi vida. Me habría destrozado si mi obispo hubiera invalidado mi experiencia en lugar de responder con amor y preocupación. De las historias que he escuchado veo que hay demasiados líderes que no saben cómo reaccionar apropiadamente cuando alguien se declara gay.
Mi mejor amigo, quien era santo de los últimos días y heterosexual, me invitó a una reunión de Afirmación en San Francisco, que tomó horas para llegar en auto.
Fue por causa de Afirmación que finalmente pude mirarme en el espejo y admitir: «Esto no es una fase, ¡esta es tu vida!». Todavía me tomaría un mes contarle a mi mejor amigo que era homosexual
Entonces cuando Kim me dijo que era gay, la lucha terminó para ella y ambos supimos y comprendimos quiénes éramos por primera vez en nuestro matrimonio. Y amaba a Kim tanto por decirme.
Para permanecer casados tendría que decirle a Kim que ella está mal y tiene que ser arreglada. Kim se ha sentido de esta manera demasiado tiempo ya, y no puedo seguir sometiéndola a la culpa y a los sentimientos de incompetencia y todo lo demás que ella ha estado sintiendo. Y ella me ama demasiado para pedirme que continúe soportando la frustración y el dolor que también he sentido.
Nuestra cultura, que promueve la belleza de la familia eterna y la comunidad, deja demasiados vacíos en el aquí y el ahora. La retórica en nuestros barrios locales, impartidas desde nuestra juventud, promueve un ideal que, para un número significativo, nunca será obtenible – un matrimonio en el templo, tener hijos, y la búsqueda de una relación satisfactoria con un miembro del sexo opuesto.
La jornada del Héroe Por Kayden Maxwell Traducción Israel Flores Alvarez Hay una sensación indescriptible cuando estás esperando seguir un camino definido en tu vida, y todo el mundo…