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Cuestionando mi propio yo

Gildo Sousa

18 de junio de 2018

Gildo Sousa miembro de Afirmación

Gildo Sousa 

Por Gildo Sousa 

Miembro de Afirmación Fortaleza

 

Me llamo Gildo Sousa, tengo 33 años, soy mormón desde el año 1994, fui bautizado cuando tenía ocho años y desde pequeño sabía que sentía atracción hacia el mismo sexo. Tuve algunos coqueteos y algunas relaciones con las mujeres, pero no me sentí a gusto en esas relaciones. En la Iglesia serví en varios llamamientos, fui misionero en la misión Brasil Goiânia en los años 2004 a 2006.

Cuando regresé permanecí firme al evangelio de Jesucristo porque sé que es verdadero. Después de un año y medio como misionero retornado me alejé, por no poder reprimir mis sentimientos más. Pasé varios conflictos mentales y físicos por no aceptar mi condición de vida. Fueron momentos difíciles, porque esa batalla peleé solo. Tenía en mente un pasaje de las Escrituras en el que dice: «Adán cayó para que los hombres existiesen y existen los hombres para que tengan gozo».

En 2014 conocí a Remerson quien ya sabía de Afirmación. Me invitó varias veces a participar, pero yo sentí temor al principio porque creía que sería algo desviado a todo lo que se me enseñó. Hoy agradezco a aquel joven por la insistencia en invitarme, fui a la primera conferencia de la ONG en 2016, el mismo joven me invitó a participar en la conferencia, me quedé pensando y me dije: «No estoy haciendo nada, voy a ver cómo es eso ».

Entonces, tuve el primer contacto real con Afirmación, me sentí acogido por los miembros, no eran muchos, era un grupo de personas participando en una reunión. El espíritu en aquel lugar estaba presente, fui confortado por las experiencias compartidas por exmiembros y miembros SUD, mi espíritu estaba abatido y sacudido por las cosas que en el pasado me dijeron algunos líderes mormones.

Hoy sé que Afirmación es una obra divina más del Padre Celestial, sé que hay varios de mí en este mundo con los mismos cuestionamientos y peleando sus propias batallas, sé que necesitan ser confortados de la misma manera en que yo lo fui. Amo a mi Padre Celestial por siempre cuidar de sus hijos y no hay lugar donde podemos dejar de ser nosotros mismos, teniendo siempre nuestro compañero el Espíritu Santo, no podemos ni debemos desistir de nosotros.

Nuestra aceptación como hijos de un padre bondadoso es importante, pues Él desea nuestra felicidad y nos corresponde a nosotros la resolución de nuestra aceptación. Recuerde que no estamos solos en esta jornada, Afirmación está con los brazos abiertos para ayudarnos en esa trayectoria.

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