
Livier abrió la boca por primera vez cuando nació en California y desde entonces no ha estado callada. Mientras crecía, sus padres le enseñaron a trabajar duro y a soñar en grande. Estos maravillosos valores la han ayudado a vivir en tres países diferentes y a viajar a muchos otros lugares del mundo. Aunque le encanta viajar, Livier siempre regresa al lugar que considera su hogar: México. Criada en una familia católica acérrima, Livier siempre creyó en Dios. Sin embargo, luchó y cuestionó varias doctrinas diferentes hasta que conoció a los misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 2010. Mientras escuchaba lo que esos élderes tenían que decir, Livier sintió que todo encajaba, no solo en su mente sino también en su corazón. Como la menor de tres hijos, Livier siempre admiró a su hermana mayor y siguió sus pasos para asistir y graduarse de la Facultad de Derecho antes de ser llamada a servir su misión en 2013 en la Misión Noroeste de la Ciudad de México. A Livier siempre le ha gustado desafiarse a sí misma, lo que la ha llevado a realizar todo tipo de actividades, desde la danza del vientre hasta montar a camello en el desierto del Sahara. Su pasión por el crecimiento personal y su alma gitana y errante la llevaron a decidir mudarse a Salt Lake City, donde vive actualmente. Le encanta su vocación de maestra de primaria porque le da la alegría y el desafío de aprender las canciones que, de niña, no tuvo la oportunidad de disfrutar. Livier se mantiene ocupada, haciendo todo lo posible por mantenerse en contacto con su familia y amigos de todo el mundo. Además, como conversa, se esfuerza cada día por ser una pionera moderna.