Clase de Doctrina del Evangelio: Creando un ambiente nutritivo
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por Judy Finch, maestra de escuela dominical
Mi llamamiento favorito y más desafiante es enseñar Doctrina del Evangelio. Nuestra clase es una mezcla fascinante: solteros, casados, heterosexuales y homosexuales, de total a marginalmente activos, personas de varias razas entre los veinte y los noventa. Prosperamos en discusiones animadas de diferentes opiniones, ideas únicas y perspectivas expresadas con fuerza. Con frecuencia abordamos dilemas y problemas en nuestras vidas e identificamos similitudes entre nuestras luchas con las de nuestros antepasados. Y, a pesar de nuestra diversidad y falta de consenso, nos unimos en el amor al evangelio.
Cuando enseñé la Lección 3 del Antiguo Testamento, la Proclamación de la familia, la clase repasó los principios y luego discutió las preocupaciones de aquellos que encajan fuera del estrecho modelo de matrimonio entre mujeres y hombres. Como hijos amados de su Padre Celestial, ¿dónde está el lugar para personas solteras o miembros atraídos por personas del mismo sexo? Sin llegar a un consenso, exploramos diferentes opiniones y posibles soluciones, respetando puntos de vista divergentes y apreciando nuestro amor mutuo por el Evangelio.
Posteriormente, en una clase más homogénea y tradicional en otro estado tuve ocasión de repetir la Lección 3 como alumno. El maestro leyó literalmente el material del manual y los miembros de la clase agregaron con entusiasmo sus comentarios entusiastas de acuerdo con cada punto. Había un espíritu de compromiso con las creencias compartidas, la unidad y el amor al evangelio.
Estas dos experiencias de la Escuela Dominical ilustran Richard Poll Diálogo papel donde explicó: “El Santo de la Barra de Hierro no busca preguntas sino respuestas, y en el evangelio encuentra o confía en que puede encontrar la respuesta a todas las preguntas importantes. La Liahona Saint, por otro lado, está preocupada por las preguntas y escéptica de las respuestas; encuentra en el Evangelio respuestas a suficientes preguntas importantes para poder funcionar con determinación sin respuestas al resto ".
Se nos enseña que asistimos a lecciones en la preexistencia. ¿Hubo una entusiasta aceptación del material presentado, unanimidad? ¿Hubo opiniones divergentes, dilemas y discusiones animadas? Quizás una combinación única de estos enfoques nos ayude a adquirir la paciencia, la tolerancia y la inclusión que ejemplificó nuestro Salvador. La diversidad es parte de la belleza del plan de nuestro Padre Celestial. Confíe en que a su manera y en su tiempo, su voluntad se está cumpliendo.