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Al pasar a través de estas cosas, he conseguido más confianza de la que nunca creí posible. Tuve la oportunidad de tomar todas las cualidades que él cultivado mientras me daba a conocer como mujer, e integrarlas dentro del hombre que me estaba convirtiendo. Sentí que mi mundo se ensanchó desde que he podido abrirme a mi auténtico ser.
He nacido y he sido criada en la Iglesia SUD y siempre quise y planeé casarme y algún día tener mi familia. Pero cuando el tiempo pasaba me di cuenta que no me sentía acerca de los muchachos, como se sentían mis amigas. Ser gay no cuadraba en el plan que tenía para mí como santo de los últimos días. Quería casarme en el templo. Quería encajar. Quería hacer lo que creía que era lo que Nuestro Padre Celestial quería para mí.
Cuando escuché por primera vez a un hombre mormón gay expresar gratitud al Padre Celestial por bendecirlo para encontrar y casarse con su esposo, me quedé sorprendido… muy gratamente sorprendido. Ellos reconocen la mano del Señor al traerlos a ese momento, y continúan incluyendo al Salvador como parte de su matrimonio.
Muchos se reunieron la semana del 13 al 15 de enero de 2017 en Portland, Oregón, para una conferencia de dos días centrada en honrar la singularidad de las vidas y las decisiones de cada miembro de la familia de Afirmación, dentro o fuera de la Iglesia. Dondequiera que nos lleven nuestros caminos individuales, Afirmación está comprometida con la cualidad de Sion de ser 'de un solo corazón'. De ahí el título "Muchos caminos, un solo corazón". Vuelva a vivir los mensajes compartidos o mírelos por primera vez.
Cuando crecí, no estaba bien ser gay y no actuar en consecuencia; tenías que esconder ser gay, esconderte por completo. Eventualmente perdí toda la fe en Dios, y solo el amor gay de un hombre gay que me amaba me trajo de regreso a Dios.
Bienvenidos a las historias de mujeres mormonas queer y personas no binarias recopiladas de toda la web. Encontrará extractos del contenido dentro de sus respectivas categorías, así como enlaces a todo el contenido.
Esto no es solo una cuestión de baño. Es la vida diaria. Se le asigna el género correctamente, se respeta su nombre y pronombres. Es poder ir a una tienda y ser tratado con respeto. Se te permite ser tú mismo.
Decidí entonces y en ese lugar que tenía el derecho de usar el baño de damas como cualquier otra mujer. Pensé acerca de los primeros años del siglo pasado y cómo los afroamericanos eran forzados a usar baños separados. Cómo los hacían sentir inferiores y cómo he sido discriminados. Me inspiré en ellos y encontré una fuerza nueva. Nunca volvería a cruzar el campus para usar el baño unisex, ni esperaría a llegar a casa o viviría con miedo a usar el baño público.
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