Afirmación en la marcha mundial del Orgullo
Por Nathan Kitchen, Presidente Internacional de Afirmación
Traducido por David Mansilla
Uno de los aspectos que me gusta de Afirmación es la visión integral de que no solo nos preocupamos entre nosotros dentro de la organización, sino que alentamos la participación en la comunidad LGBTQIA+ en general. En el espíritu del poeta, Mary Oliver, al girar nuestra imaginación y atención hacia afuera, nos ayuda a reconocer nuestro lugar, nuestra pertenencia, «en la familia de las cosas»¹.
Este valor fue ilustrado el mes pasado durante dos fines de semana consecutivos de Afirmación.
Durante el tercer fin de semana de junio, Afirmación celebró su Conferencia Internacional en Provo, Utah, para los mormones LGBTQIA+, sus familias y amigos. Aprendimos unos de otros y compartimos nuestras experiencias. Fue un momento invaluable de conexión que creamos para nosotros mismos en la intersección compartida del Mormonismo y el Ser. Esta es nuestra comunidad que hemos construido juntos a lo largo de los años.
Y luego nos dimos la vuelta el próximo fin de semana y nos unimos a la comunidad LGBTQIA+ en general para participar en el Orgullo Mundial en la ciudad de Nueva York. El sábado 29, nos reunimos para escuchar de dos oradores increíbles. Primero, de Richie Jackson, un galardonado productor de Broadway, televisión y cine que no solo habló desde su corazón sobre su historia personal, sino que nos recordó que somos superhéroes. Se necesita un esfuerzo hercúleo para pasar del capullo a la mariposa y permanecer en el aire todos los días.
Terminamos escuchando a Bianca Cline, Vicepresidenta de Afirmación de la Región Atlántica, quien compartió su historia y sus pensamientos. Concluyó con una cita de la Madre Teresa: «Si juzgas a las personas, no tienes tiempo para amarlas». Luego señaló que, como LGBTQIA+, generalmente podemos leer esto y ubicarnos como los juzgados y no amados.
Sin embargo, como cineasta experimentada, nos retó a mirar esta cita a través de una lente diferente. Si nosotros, como personas LGBTQIA+, estamos ocupados juzgando a los que no, no tendremos tiempo para amarlos. Este fue un final enriquecedor para nuestros días.
El día 30, nos reunimos al mediodía en la calle 33, entre Madison y Park. Estábamos justo en medio de cinco millones de personas en Manhattan para la celebración del Orgullo más grande del mundo. La energía y la emoción eran palpables. ¡Un reconocimiento y un gran «gracias» al Presidente del Grupo de Afirmación de la Ciudad de Nueva York, Dustin Enrique Larsen, por organizar y dirigir un evento tan grandioso! Espero que disfruten las fotos que hemos incluido del evento.
Terminaré con algunas reflexiones que escribí durante mi vuelo a casa. La experiencia de la marcha me ayudó a comprender mi lugar, mi pertenencia, en nuestra increíble familia de cosas.
Ayer, cuando mi prometido Matt y yo marchamos de la mano de Afirmación en el Orgullo Mundial, tuvimos cinco millones de personas animándonos. Este número no es una forma de hablar, realmente fueron cinco millones de caras amistosas de apoyo entusiasta, unidas para estar orgullosas de nosotros.
He estado en muchos estadios llenos, pero esto superó con creces cualquier cosa que haya experimentado antes. Fue una experiencia surrealista escuchar el ruido de la multitud que se elevaba desde las calles y el eco de los rascacielos, para llenar de alegría una ciudad del tamaño de Nueva York.
Durante la mayor parte del camino, estábamos tan cerca de la acera que las multitudes se convirtieron en personas individuales. Las personas a las que nunca volveríamos a encontrar se paraban en lo que parecía una línea de recepción interminable, estirando las manos, abrazándose.
Por un breve momento repetido una y otra vez durante la marcha, el mundo se callaba mientras un extraño convertido en amigo me miraba a los ojos y decía «Estoy tan orgulloso de ti», «Te apoyo», «¡Orgullo feliz!» y «¡Oye, yo también soy mormón, tú eres mi hermano!» Una mujer gritó «¿Qué? ¿Gay y mormón? ¡No sabía que eso era posible, pero te apoyo!»
Cuando nos acercamos a la Primera Iglesia Presbiteriana y la Iglesia de la Ascensión a lo largo de la 5ta Avenida, el clero y los miembros corrieron (nuevamente, no era una forma de hablar, corrieron) para saludarnos, trayendo bandejas con vasos de agua. Era una tarde calurosa y el agua dulce. Cuando le agradecí a un pastor vestido con alzacuellos que sostenía una bolsa de basura con tazas vacías, me miró y dijo: «Eres tan amado. Nunca lo olvides».
Justo antes de tirarlo, noté que tenía todas las similitudes de un vaso sacramental. Fue un momento impresionante de amor y aceptación.
Marché con una increíble banda de personas de Afirmación: LGBTQ+ Mormones, nuestras familias y nuestros amigos. Estamos haciendo cosas increíbles para forjar espacios donde queremos estar. Estamos haciendo cosas increíbles, estableciendo límites y honrándolos. Estamos haciendo cosas increíbles, creando comunidades amorosas y afirmativas mientras trabajamos para mantener a nuestras familias juntas tanto en esta vida como en la próxima.
Mientras escribo esto, me siento en un avión desde Nueva York a Phoenix. Me voy de Orgullo y regreso a un mundo que no es tan afirmativo. Pero sé que al final, no necesito una multitud de millones de personas animándome. Tengo las comunidades personales que estoy ayudando a construir en lugares como Afirmación. Este es un círculo de amor y apoyo cimentado por conexiones personales aún más fuertes que el Orgullo Mundial. Es el tipo de construcción comunitaria por la que los mormones son conocidos. Y espero que todos se unan.
¹ El poema del que se hace referencia aquí es «Wild Geese», en castellano «Ganso salvaje», hace referencia a que tal como los gansos salvajes vuelven a su hogar cada año así nosotros podemos encontrar el nuestro, no importa que tan inhóspito nos parezca el mundo.
Entre esa gran multitud de 5 millones de personas estaba yo, un ex misionero de Colombia que por primera vez asistía al Pride más grande del mundo, si el ver toda la diversidad de tendencias de nuestra comunidad no bastaba, en un momento de la marcha vi un pequeño grupo que me movió tas las fibras de mi alma……
Este grupo no tenia un gran montaje, no iban en un camión con grandes artilugios ni escenografía, eran personas que tenían diferentes colores de camiseta que identificaban cada uno de los posibles espectros de nuestra comunidad.
Lo que lo hacia diferentes (para mi) era la cercanía personal y espiritual que sentía hacia ellos, y que recordaron muchas experiencias vividas años atrás.
Hace un poco más de 10 años me había aceptado como gay, en este tiempo tuve una muy mala experiencia en la misión con alguien del liderazgo, que me hizo alejarme. Pero ese alejamiento también significo el encontrar un pequeño grupo de Yahoo, con el cual me identificaba plenamente, ese pequeño grupo era AFIRMATION.
El encontrar ese grupo aunque fuera de manera virtual, significo el inicio de camino de aceptación como gay, allí conocí uno de mis primeros amores, pude compartir algunas experiencias, pero sobre todo, encontré un refugio y fuente de guía para mi jornada personal como mormón gay.
Por cosas de la vida me aleje del grupo, seguí mi vida profesional y laboral y en pleno NY más de 10 años después de lo que les cuento, volvía a sentir esa cercanía, alegría de ver algo que me identificaba de manera tan particular, pero que en ese momento estaba marchando de manera orgullosa ante 5 millones de personas.
Ese pequeño grupo eran miembros de Afirmación, en carne y hueso, no puedo describir la electricidad que invadió mi cuerpo en ese momento, sin saberlo y sin explicación, lagrimas brotaron de mis ojos, pero no de tristeza, eran de orgullo, de ver que esa parte de mi vida que me identificaba de manera tan particular estaba allí presente, no allí como yo, como un espectador más si no como protagonista del evento mismo.
Luego de sentir esa electricidad, si antes me encontraba gritando y apoyando cada manifestación que pasaba, con esta se desgarro mi alma, gritaba como loco “Hey también soy Mormón y gay los amo!.
Creo que grite como loco mierras pude verlos, pero aunque no se percataron de mi presencia, su espíritu y valentía estuvieron conmigo.
Desde ese día, volví a estar en contacto con el grupo, nuevamente de manera virtual, leyendo sus artículos y viendo la magnifica labor que hacen al rededor del mundo. Pero se que si el próximo año vuelven a marchar, estaré allí con ustedes si es posible, para poder vivir esa hermosa experiencia de caminar con orgullo y sin miedo mostrando lo que somos.