Espiritualidad y Religiosidad
Por Luiz Correa
Entre nosotros en Afirmación, hay personas que hoy se dicen miembros alejados de la Iglesia SUD, otros se dicen miembros activos en la Iglesia, otros son escépticos, prefiriendo no estar ligados a ninguna institución religiosa. Afirmación tiene como uno de los principios apoyar a cualquiera de estas personas independientes de sus pensamientos sobre la Iglesia.
Muchas personas que no son o no conocen la cultura mormona, siempre nos preguntan: por qué continuamos en una religión donde no somos aceptados y muchas veces sufrimos interiormente por este rechazo.
El hecho es que muchos de nosotros, nacimos y/o crecimos dentro de los límites religiosos SUD, muchos de nosotros somos exmisioneros, fuimos líderes dentro de la Iglesia o sea, la mayor parte de nuestras vidas fueron vividas dentro del evangelio de la Iglesia.
Cuando nos aceptamos a nosotros mismos como una persona LGBT, no quiere decir que estamos dejando de lado nuestra espiritualidad o de todo el conocimiento adquirido, pero muchos, por razones variadas, dejan su religiosidad de lado.
La palabra RELIGIÓN viene de la del latín “RELIGARE” que significa reconectarse a lo divino, pero con el tiempo este término sufrió cambios, porque hoy en día la religión tiene el vínculo directo con instituciones que funcionan con reglas propias. Entonces cuando se dice que alguien es religioso es porque él o ella está ligado/a a alguna institución formal, o sea, a alguna iglesia.
La espiritualidad tiene su significado en el sentido común como el acto de cuidar de las cosas del espíritu. Por lo tanto, puede ser asociada a diversas prácticas que no necesariamente están ligadas a alguna religión.
Con esta comparación se puede decir que sí, la población LGBT está espiritualizada, a diferencia de lo que la gente se imagina, buscamos cuidar de nuestro espíritu, pues sabemos que somos todos hijos de un solo Padre, Romanos 8: 16: «Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios».
Podemos conectarnos al Divino de muchas maneras. Podemos estar en la Iglesia o podemos orar, leer las Escrituras, estar con nuestro pensamiento ligado a Él. Lo más importante es tener conciencia de lo que quiere para usted. No hay correcto e incorrecto, y no debemos usar términos para discriminar a las personas de una u otra corriente de pensamiento.
Si usted es una persona que le gusta frecuentar alguna religión y eso te conecta a lo divino y te hace sentir la espiritualidad, hazlo. A veces estar en grupos con el mismo propósito puede ayudar a sentir la emoción y la espiritualidad de forma intensa también. Lo importante es que usted pueda experimentar esa espiritualidad.
Lo más importante en todo esto es, independientemente si usted es más espiritual o si es más religioso, o si usted es ambos o usted no es ninguno; no perder lo que le hace sentir bien dentro de sus elecciones como un hijo de Dios. Busque su manera de ser feliz consigo mismo y de vivir en armonía con la sociedad donde vive.
La religión genera divisiones mientras la espiritualidad abraza la diversidad y promueve la unión.