Por qué “Ama al pecador, odia el pecado” debe ser removido de la cultura mormona
Traducción: Isra Flores Alvarez
“Ama al pecador, odia el pecado” es una frase repetida tan a menudo dentro de los círculos cristianos, que uno podría equivocadamente creer que Jesús lo dijo. Sin embargo, Jesús no lo dijo y tampoco la Biblia.
¿De dónde vino la frase?
En el año 423 D de C. San Agustín escribió una carta, la cual en uno de sus pasajes dice: “Con amor por la humanidad y odio por los pecados”. Desde entonces, los autores cristianos modernos han seguido adaptando esta frase a su propio trabajo.
Asimismo muchos hoy identifican a Mahatma Gandhi como autor de una frase parecida, la cual se ha vuelto muy popular. Sin embargo Gandhi realmente nunca aprobó esta frase.
“Odiar al pecado y no al pecador es un precepto que, aunque fácil de entender, rara vez se practica, y es por eso que el veneno del odio se propaga en el mundo.”
La vida puede ser confusa, así nosotros como seres humanos nos gusta encontrar maneras de simplificar el mundo que nos rodea. Como Gandhi señala, la lógica detrás de la frase es bien reconocida, pero es una simplificación excesiva de un tema complejo. El pecado y el pecador están tan entrelazados, que son literalmente imposibles de separar.
Analizando la frase
“Ama al pecador, odia el pecado” es una frase fundamentalmente defectuosa, en todas sus palabras.
Primero, para amar al pecador, primero debe colocarse sobre otro para hacer un diagnóstico pecador.
Adam Hamilton, quien es escritor opina:
Creo que Jesús sabía que si ordenaba a sus discípulos que amaran al “pecador”empezarían a mirar a otras personas más como pecadores que como vecinos. Y eso, inevitablemente, conduciría al juicio. Si te amo más como un pecador que como mi prójimo, entonces estoy obligado a concentrarme más en tu pecado. Voy a empezar a buscar todas las cosas que estás haciendo mal.
Segundo, estamos animados a odiar el pecado.
Elegir no odiar el pecado no es tolerarlo. Todos reconocemos lo que se identifica como pecado y lo que no lo es, elegir sentir odio no es un componente necesario.
Dios no quiere que odiemos nada. El odio, en cualquier forma o uso, no es de Dios. No tenemos licencia para odiar simplemente porque proclamamos que lo estamos haciendo en el nombre de Dios. El odio es una emoción que ni siquiera las mejores personas de la humanidad, ni con las mejores intenciones son capaces de controlar.
Al animarnos a odiar el pecado, rara vez la frase nos recuerda que debemos preocuparnos por nuestros pecados personales. Más comúnmente, la frase crea una excusa para que uno se preocupe por los pecados de otros. En este sentido, Mark Lowry un famoso comediante dijo de forma graciosa:
¿Ama al pecador, odia el pecado? Tendría que ser realmente: ¡Ama al pecador, aborrece tu propio pecado! No tengo tiempo para odiar sus pecados. ¡Hay demasiados de ustedes! Odiar mi pecado es un trabajo a tiempo completo. ¿Qué tal si tu odias tu pecado, yo voy a odiar mi pecado y nos amamos los unos a otros… ?
¿A qué costo?
La frase ha hecho mucho más daño que bien en nuestra sociedad. Ya que el amor que emana de ella se siente raramente, pero el odio y el desdén se absorben con frecuencia, provocando un dolor que no puede ser calculado.
Aunque se utiliza en una variedad de contextos y situaciones, la forma más utilizada de esta frase se da en las discusiones que rodean los temas relacionados con el colectivo LGBT. Los comentarios y la discriminación dirigidos a esta comunidad han sido basados en la interpretación errónea de esta frase.
Por ejemplo, ser gay no es un pecado. La postura oficial de la Iglesia SUD así lo dice hoy en día. Sin embargo, muchos miembros de la comunidad LGBT continúan siendo señalados por su “pecado”, cuando en realidad no hay nada que señalar.
¿La frase honestamente muestra amor?
Cuando se usa, la frase nunca se menciona dentro del contexto primario de amar al pecador. Por el contrario, sólo se usa en situaciones donde se enfatiza el odiar el pecado. Odiar el pecado es a menudo escogido de la frase cuando literalmente no hay intención de mostrar amor, pero muchas personas se esconden detrás de la primera porción para justificar este odio frente a los demás y para aliviar su conciencia. Tal vez esta es una de las muchas razones por las que el amor raramente es (si alguna vez lo hace) sentido por aquellos que están recibiendo el mensaje.
“Me gusta tu Cristo, no me gustan tus cristianos. Son tan diferentes a tu Cristo. “- Mahatma Gandhi
A lo largo de los años, ha habido innumerables ejemplos de individuos que se dedican a centrarse y señalar el pecado de alguien, sin la mínima intención de mostrar a esa persona actos de amor y bondad. Si realmente amamos a todos nuestros hermanos, necesitamos gastar toda nuestra energía en dejarles saber cuánto les amamos.
Una cultura que se centra más en el pecado que en el amor y coloca etiquetas en las personas, permite que esas etiquetas definan quiénes son. Recientemente haciendo deportes con miembros de mi barrio. Observe una conversación en grupo, donde varias personas fueron identificadas como bebedoras y fumadoras, como si resumieran quiénes eran y cuál era su potencial futuro. ¿No sería mejor llamar a estas personas por sus nombres, haciendo de lado todo lo demás?
La mayoría de la gente no identifica a alguien más como un amigo que bebe café o un amigo que fuma. Una persona normal que habla de su vecino podría decir: “John, mi vecino, está poniendo nuevas tejas en su techo este fin de semana.” De un mormón, no sería raro oír, “John, mi vecino bebedor de café, está poniendo tejas en su techo este fin de semana”. Este tipo de lenguaje sólo sirve para deshumanizar a los demás y no ayuda a nadie a acercarse a Cristo.
Una justificación comúnmente usada para usar la frase es cuando se dice que verdaderamente sienten amor por el pecador, pero temen que no señalar una conducta pecaminosa podría ser considerado una falta de amor.
En el caso de los miembros de la comunidad LGBT, ¿ya saben lo que la iglesia enseña sobre este tema? Sí es así, el señalar a un chico o chica gay como pecador no es realmente enseñar, sino que acaba por etiquetar a tal chico o chica. Una vez oí a alguien decir, con respecto a esta práctica “Si esa es la única manera en la que sabes mostrarme amor, no necesito tu amor”.
Sustitución de la frase
Desafortunadamente, la frase está tan grabada en nuestra cultura, que llevará años ser removida por completo. Para muchos estas palabras han sido elevadas al nivel de doctrina.
No existe defensa o justificación para usar esta frase tóxica, aunque los cristianos pueden usar la frase, esta no es cristiana. Para aquellos de nosotros que hemos llegado a esta conclusión, tenemos la responsabilidad de no usar la frase nosotros mismos y animar a otros a nuestro alrededor a no usarla tampoco. Debemos avanzar hacia una manera más saludable de interactuar unos con otros, donde en lugar de amar a los “pecadores”, amemos a nuestros hermanos.
Si buscamos los sinónimos de odio, seria: Antipatía, hostilidad, inquina, desprecio, rechazo, aborrecimiento, malquerencia, entre otros… Simplemente cojamos rechazo.
Creo, San Agustina tuvo ese buen sentido o esa buena fe, al igual que la iglesia de presentarnos esa bella frase” Amar al pecador, odiar al pecado”. A mi entender,esta llena de amor, de entrega,de solidaridad, de compasión, de ternura…
Cuando usted y yo, corrijamos, con cariño, con amor, con ese sentido humano, estamos rechazando el pecado, así que no cojamos ese termino odio, como algo que nos incita hacer más mal.
La iglesia católica acoje con cariño a todos los pecadores, así como cristo nos abrazo con nuestros pecados, para que buscáramos la santidad.