Espiritualidad
En este momento crítico, vivimos en nuestro país, donde todos los derechos de la comunidad están siendo restringidos y quitados, no hay nada como unirse en amor y espiritualidad para mostrar que estamos en paz y queremos ser quienes somos.
A aquellos en nuestra comunidad LGBTQ: Los vemos. Tu eres digno. Eres amado. ¡Tú sabes quien eres y te reconocemos!
Con todo lo que sucedió hasta aquí nunca perdí mi fe y espiritualidad, hoy me acepto, mi familia me acepta y más importante de todo eso construí nuevos castillos para mi vida.
Salimos todos con la certeza de que somos hijos de nuestro Padre Celestial y que nos ama incondicionalmente y por eso nos ha enviado Espíritu Santo para estar con nosotros en esta conferencia y elevarnos espiritualmente.
Me siento alejado y a la vez no, de la Iglesia. Alejado en el sentido físico, por no saber cómo presentar a mi marido, pero cerca porque estoy con el Padre Celestial, y estar cerca del Padre Celestial me une con la Iglesia y une mi matrimonio.
En diciembre de 2011, estaba en el Templo de Oquirrh Mountain haciendo bautismos. Es uno de mis templos favoritos en el valle, y fue aquí, durante su jornada de puertas abiertas antes de su dedicación, cuando gané mi testimonio del templo. Naturalmente, tiene un lugar cercano y querido en mi corazón.
Con esta comparación se puede decir que sí, la población LGBT está espiritualizada, a diferencia de lo que la gente se imagina, buscamos cuidar de nuestro espíritu, pues sabemos que somos todos hijos de un solo Padre, Romanos 8: 16: «Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios».
Reflexionar sobre cuál es nuestro propósito personal y colectivo tiene que ayudarnos a avanzar y a no retroceder, para cumplir con la misión personal y colectiva de ser un oasis en el desierto de la condena, la discriminación, la intolerancia y el dolor de tantos hijos de Nuestro Padre Celestial.
Como LGBTQ+ mormones, nos vemos obligados a buscar nuestras propias verdades y tomar decisiones sobre nuestra fe y nuestras vidas que la mayoría de los Santos de los Últimos Días no tienen que hacer. La luz y el conocimiento que obtenemos en el camino pueden no llevarnos a tomar el mismo camino, pero tal vez el destino sea el mismo.