Cristo Rey
por Cesar Carreon Tapia
Brigham Young enseñó que: “Es nuestro deber y llamamiento, como ministros de la misma salvación y Evangelio, el juntar cada parte de verdad y rechazar todo error. Ya sea que encontremos verdad entre los infieles, con los universalistas, la Iglesia de Roma, los metodistas, la Iglesia de Inglaterra, los presbiterianos, los bautistas, los cuáqueros o cualquiera de las varias denominaciones y partidos; es el deber de los elderes de esta Iglesia (siendo Jesús, nuestro hermano mayor, la cabeza) el de juntar todas las verdades en el mundo pertenecientes a la vida y salvación con el Evangelio que predicamos […] y traerlas a Sión”. (Diario de Discursos, 248).
El día de hoy se conmemora la fiesta de Cristo Rey en distintas denominaciones cristianas tradicionales -la católica, la metodista, la luterana, la ortodoxa, entre otras. Es un día de regocijo en el que se recuerda a Cristo como el Ser Supremo del universo y de la creación, una celebración que testifica de Su divinidad y nos invita a ser mejores ciudadanos del reino del que Él es soberano.
Jesús nos habla de las características de su Reino a través de varias parábolas en Mateo 13:
“es semejante a un grano de mostaza que uno toma y arroja en su huerto y crece y se convierte en un árbol, y las aves del cielo anidan en sus ramas”
“es semejante al fermento que una mujer toma y echa en tres medidas de harina hasta que fermenta toda”
“es semejante a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta, y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo”
“es semejante a un mercader que busca perlas preciosas, y hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra”
Este día marca también el inicio del Adviento en el calendario litúrgico. A pesar de que nosotros como mormones no celebremos estas fechas, podemos reconocer que es una época que nos invita a meditar en nuestra relación personal con el Salvador, a acercarnos a Él y a servirle fielmente como miembros y súbditos de Su Reino. El papa Pío XI enseñó en 1925 que Cristo debe ser el Rey de nuestras mentes, nuestras voluntades, nuestros cuerpos y nuestros corazones, para convertirnos en “instrumentos de justicia para Dios” (encíclica Quas Primas).
En este día nos unimos a todas las personas que conmemoran esta celebración y testificamos que es un día de gozo, un día en el que debemos meditar sobre los grandes mandamientos que nos ha dado Cristo: el de amarnos los unos a los otros y de ver por los “mas pequeños”, como Él “nos ha amado”. En su oratorio “El Mesías”, Händel plasmó de manera hermosa los versículos que encontramos en Isaías 6:9 y Apocalipsis 11:15, 19:6, 16 a lo largo de arias y coros que testifican que “un niño nos es nacido”, “con el pricipado sobre sus hombros” y que él es el “Rey de Reyes”, “Señor de Señores” y que “reinará por siempre y siempre”.
Coro Gay de Boston, “Hallellujah” de Händel