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Los líderes de la Iglesia deben tomar la iniciativa para cambiar las actitudes frente a los miembros queer

Diferentes manos unidas

June 5, 2019

Diverse Hands Together

Por Andy Winder

Enviado a Afirmación después de la reversión de la política de Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de noviembre de 2015 que prohibieron que los hijos de padres LGBTQ sean bendecidos y bautizados y rotuló como apóstatas a los miembros de la Iglesia que entran en matrimonios con personas del mismo sexo. Estos cambios se conocieron dentro de la comunidad mormona LGBTQ como la «política de exclusión», «política de noviembre de 2015» o «PoX». El día después de que se anunció la reversión de esta política, Nathan Kitchen, presidente de Afirmación, invitó a todos los que deseen compartir sus sentimientos auténticos y experiencias de dolor, ira, alivio, tristeza, felicidad, confusión, sea lo que sea lo que hayan sentido con la reversión de esta política. «Como Presidente de Afirmación, quiero estar seguro de que Afirmación no te oculta, ni a ti ni a tus experiencias, a medida que avanzamos.», escribió Kitchen en su invitación. Si tienes una historia para compartir acerca de la reversión de la política de exclusión, por favor envíelo a [email protected]. También puede leer otras historias de la reversión de la política de exclusión.

Cuando la Iglesia anunció la anulación de una política que prohibía que las familias LGBTQ bautizaran a sus hijos y declararan «apóstatas» a las personas involucradas en matrimonios homosexuales, recordé el ejemplo que mi compañera de cuarto de la universidad, Rachel, dio varios días después de que la política se anunció en noviembre de 2015. Después de una oradora en la Iglesia comenzó a quejarse de la necesidad que teníamos de tener una nueva política que prohibía que los niños de familias queer se bautizaran, salió de la reunión a pesar de que muchas cabezas se volvieron en su dirección.

Como estudiante transgénero no asumido en el primer año de la Universidad Brigham Young, aprecié su valentía por hacer algo que yo no podía. Más adelante en el año, Rachel fue la que me ayudó a descubrir mi nombre masculino preferido. Ella asistió a una sesión de terapia conmigo para ayudarme a comprender mejor lo que estaba pasando. A pesar de que los problemas de las personas LGBTQ en la Iglesia no la afectaban, porque ella es una mujer heterosexual, escuchaba a los que sufrían y les ofrecía compasión.

Lo que separa el ejemplo de Rachel del reciente anuncio de la Iglesia, creo, es acciones versus palabras. Este anuncio no borra todo el dolor que las familias que han experimentado en la iglesia. Conozco a muchas personas gais o transgénero a quienes se les prohibió asistir a la reunión Sacramental por ir a la Iglesia como su ser auténtico y más, a algunos sus familias los excluyeron después de que se asumieron. Y después de que se publicara la política en 2015, muchos de mis amigos queer y yo sentimos ansiedad, depresión e incluso pensamientos suicidas porque sentimos que la Iglesia nos había dado la espalda. Es frustrante para mí por esa razón que, si bien este cambio es positivo, no vino con una disculpa o acción para el cambio.

Cambiar las políticas u ofrecer una visión para «una mejor comprensión y comunicaciones menos polémicas» es importante, pero no borra el trauma que los miembros de LGBTQ han sentido durante los últimos tres años y medio. Las actitudes hacia los Santos de los Últimos Días LGBTQ no van a cambiar, hasta que el liderazgo de la Iglesia tome medidas para cambiarlos. Si realmente queremos ser una iglesia cristiana, entonces nadie debería sentir que no pertenece a la reunión Sacramental, o que no tiene un lugar en la doctrina de la Iglesia. Cambiar una política para dar la bienvenida a las familias LGBTQ en la iglesia es un buen comienzo, pero creo que todos podemos hacer mejor para abrir nuestras mentes y actuar con compasión entre nosotros.

Lea más en el artículo que Andy publicó en HuffPost Personal.

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