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Reflexiones de funeral, ¿existe algo como el «matrimonio ficticio»?

Pareja mayor

January 13, 2019

Older Couple

Autor anónimo

Asistí al funeral de una tía abuela que había estado cerca de nuestra familia cuando estaba creciendo. Su primer marido había muerto veinticinco años atrás, de cáncer. Después de aproximadamente seis años se volvió a casar y estuvo con su segundo marido durante los últimos veinte años de su vida. Él era viudo y, como mi tía abuela, era un fiel Santo de los Últimos Días.

Tía Bárbara fue tremendamente bendecida al final de su vida por la oportunidad de casarse nuevamente. Si bien su matrimonio con Harold debe haber sido «por tiempo», ya que había estado sellada por «tiempo y eternidad» con el tío Stanley, su matrimonio con Harold fue fundamental para su bienestar y felicidad durante las últimas décadas de su vida. Su matrimonio no fue solamente una «cosa buena».

Los siguientes hechos describen algunas de las realidades, según las creencias de los Santos de los Últimos Días, del matrimonio de la tía Barbara y Harold:

  • Bárbara y Harold no eran capaces de tener hijos biológicos durante esta vida mientras estuvieron casados, y sus circunstancias eran tales que no tenían la intención de criar hijos juntos, excepto los de sus matrimonios anteriores.
  • Tanto Bárbara como Harold fueron sellados a sus respectivos primeros cónyuges, por lo tanto su matrimonio no era necesario en términos de las ordenanzas de salvación o por cualquier tipo de procreación espiritual en las eternidades. Su matrimonio fue solo para esta vida, y no por tiempo y eternidad.

Podríamos describir su matrimonio como una amistad muy íntima, permeada por la atracción romántica y la expresión sexual no reproductiva.

Pero entonces escuche las razones recientemente explicadas sobre por qué el matrimonio entre personas del mismo sexo se considera «ficticio»:

«El matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios, pero el matrimonio entre personas del mismo sexo es solo una falsificación; no conduce ni a la posteridad ni a la exaltación. Aunque [las imitaciones de Satanás] engañan a muchas personas, no son reales; no pueden brindar felicidad perdurable». (Liahona Abril 2017)

Todos en el funeral de Barbara estuvieron allí, en parte honraron su matrimonio con Harold y reconociendo abiertamente el bien que trajo tanto a Barbara como a Harold. El segundo matrimonio de Bárbara no trajo «posteridad ni exaltación». Dudo que alguien haya pensado alguna vez que la relación entre Barbara y Harold fuera un matrimonio «ficticio». Como Santos de los Últimos Días, se nos enseña que «no es bueno que el hombre esté solo». Nadie le hubiera negado a Barbara su relación con Harold y la oportunidad de no estar sola que su relación ofrecía. Después de todo, no era la elección de Barbara que el tío Stanely perdiera su batalla contra el cáncer.

De manera similar las personas gais, lesbianas, y bisexuales no eligen tener esa orientación sexual. Hoy aún la Iglesia reconoce que esto es verdad. ¿Por qué deben negárseles las relaciones significativas y la oportunidad de no estar solos que ofrecen esas relaciones? Seguramente hay algo bueno que proviene de estas relaciones, incluso dentro de las enseñanzas de la Iglesia. Fuera de la Iglesia, parece que los beneficios del matrimonio se extienden a las parejas del mismo sexo, quienes experimentan mayor salud mental, física, social, y financiera cuando están casados.

Aún así los matrimonios entre personas del mismo sexo son tratados, a veces, por lo menos en la intención, de esta manera:

ASUNTOS PÚBLICOS: ¿En qué momento nuestra muestra de amor cruza la línea y respalda, inadvertidamente, el mal comportamiento? Si el hijo dice: «Bueno, si me amas, ¿puedo llevar a mi pareja a nuestra casa de visita? ¿Podemos ir de vacaciones?» ¿Cómo equilibrar eso con, por ejemplo, la preocupación por los otros niños en el hogar?

ÉLDER OAKS: Esa es una decisión que debe ser tomada individualmente por la persona responsable, invocando al Señor en busca de inspiración. Puedo imaginar que, en la mayoría de las circunstancias, los padres dirían: «Por favor, no hagas eso. No nos pongas en esa posición». Seguramente, si hay niños en el hogar que se verían influenciados por este ejemplo, la respuesta probablemente sería esa. También habrá otros factores que pueden influenciar la respuesta. También puedo imaginar algunas circunstancias en las que podría ser posible decir: «Sí, ven, pero no esperes pasar la noche. No planees prolongar tu hospedaje en la casa. No esperes que te llevemos a presentarte a nuestros amigos o tratar contigo en público que implique nuestra aprobación de tu ‘asociación’».

No puedo imaginar cómo se habría sentido la tía Barbara si sus hijos le pidieran que no los pusiera «en esa posición» visitando sus hogares con su segundo marido o si le hubieran pedido que no «esperara quedarse a pasar la noche» con él mientras les visitaba. No puedo imaginarme cómo se habría sentido si los que amaba a su alrededor la hubieran considerado «falsa» a ella y a su matrimonio con Harold. Por supuesto, su matrimonio nunca se habría visto así, y nunca se les habría tratado así.

Sin embargo, hay hijas e hijos, y tíos y tías, y sobrinas y sobrinos que son tratados de esta manera. Este tratamiento causa un daño casi irreparable a las relaciones familiares y se realiza, lamentablemente, con el apoyo de los líderes de la Iglesia. Son tratados de esta manera porque hicieron una elección; no en su orientación sexual, sino en elegir no estar solos/as. Esta es la misma elección que hizo mi tía Bárbara. Ver toda la felicidad y el amor que le trajeron estas elecciones a su vida me lleva a la conclusión de que ninguna relación basada en el amor, la honestidad y el respeto mutuo debe llamarse «falsificación».

Esta publicación está tomada de la publicación original en Reddit por el usuario bwv549. El autor original dio su permiso para que su publicación fuera adaptada para Afirmación.

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