“Vivir en Armonía” – Parte 1
Viernes 14 de noviembre de 2014
A pesar de que el primer día de conferencia nos recibió con una fuerte lluvia, los participantes llegaron de varias partes de la república e incluso desde los Estados Unidos. Contamos con la presencia de Rina Riesenfeld, autora del libro “Papá, mamá, soy gay” en representación de “Guímel: Judí@s Mexican@s Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero; Familiares y Amig@s”, así como Miriam del grupo “Familias por la Diversidad” y Lisbeth Meléndez Rivera, Coordinadora Nacional de la Iniciativa “A la Familia” de la Campaña de Derechos Humanos. La primera parte de la sesión contó con los siguientes oradores:
Randall Thacker, que era en ese momento el Presidente de Afirmación Internacional
Habló de los propósitos y el espíritu de la organización, haciendo énfasis en la importancia del albedrío moral y la obediencia en el camino de la vida que elijamos; aclaró que Afirmación no pretende crear una nueva doctrina ni cambiar la que ya tenemos y mucho menos pregunta “¿Cuándo nos van a dejar casar en el Templo?”. Afirmación, dijo, trata de crear un diálogo con los líderes de la Iglesia en todos los niveles y construir una comunidad de amor y autenticidad. Citó las palabras de Matt Price, fundador de Afirmación Internacional:
“No se olviden de la obra del Espíritu. No quiero parecer dependiente de una influencia ‘misteriosa’ respecto a lo que hace funcionar a Afirmación, pero tenemos una necesidad real de oración y reflexión sobre lo que hacemos – llegar a nuestro Padre en el Cielo y entre nosotros mismos. Creemos firmemente que Afirmación tiene un lugar en el plan de nuestro Padre Celestial y Su reino, y que el Espíritu Santo permanece con nosotros, como individuos y como grupo de hijos de Dios, guiándonos en lo que buscamos cumplir. Su Espíritu se refleja más cuando trabajamos por nuestros objetivos, siempre pensando en las necesidades de nuestras hermanas y hermanos, en nuestras propias necesidades y en la obra del Salvador en nuestras vidas y en nuestros corazones.”
Carlos Peralta, fundador de Afirmación México
Explicó cómo fue que llegó a formarse este capítulo hace casi 15 años a partir de un grupo que inició con 2 personas que se reunían regularmente a compartir sus experiencias como mormones y gays. Este grupo estaba formado por el mismo Carlos y un amigo suyo, por aquél tiempo hijo de un obispo, y poco a poco fue creciendo hasta que el 7 de agosto de 2001 la pequeña reunión de 4 personas decidió organizarse como el Capítulo México de Afirmación, estando en contacto con el entonces presidente internacional, Scott McKay, quien dio su autorización.
Habló también acerca de la importancia de la diversidad en el mundo y en la Iglesia, dijo que “vivimos en una pluralidad de sexualidades” y que “Nuestro Padre Celestial ha creado un mundo hermoso y diverso”. Enseñó que lo mas importante es aceptar que somos diferentes y luego elegir un estilo de vida positivo, a pesar de que no haya un modelo hecho y que podemos crearlo basándonos en los siguientes puntos:
- Espiritualidad, por medio de la oración y el comportamiento cristiano.
- Brindar apoyo a quien tiene problemas en reconciliar sus creencias y su sexualidad.
- Contacto social y cultural con otros Santos de los Últimos Días que son LGBT.
Dijo que los mormones LGBT “no podemos con la lejanía [y] queremos estar dentro del seno familiar porque queremos a nuestros familiares” en relación al abandono y rechazo que muchos miembros de esta comunidad reciben por parte de sus seres cercanos.
Adrián Sánchez, presidente de Afirmación México
Dijo que debemos romper los estereotipos de cómo debe ser un mormón y cómo debe ser un mormón gay. Como parte de su mensaje dijo que su deseo sobre la conferencia era que las enseñanzas no se quedaran en los asistentes, sino que tocaran a cada una de nuestras familias y amigos, ya que así se cumpliría el objetivo de Afirmación.
Mencionó también la importancia de que los Santos de los Últimos Días que son LGBT contaran con el apoyo de sus familias y, sobre todo, del de sus padres, nos recordó que el cambiar los corazones de más familias sería la llave para abrirnos las puertas a la Iglesia, concluyó citando Salmos 127:2 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos” y dijo que esta escritura aplicaba incluso para los hijos LGBT.
Entre los mensajes de la primera sesión, tuvimos la oportunidad de ver algunos vídeos que retratan los sentimientos de mormones LGBT en México, filmados por Kendall Wilcox, de los cuales tomamos las siguientes citas:
“Debemos amar a nuestros hijos inmensamente […] El plan que tiene Nuestro Padre Celestial para los miembros LGBT es un plan muy especial y que aún no ha revelado”
-Hna. Lourdes Peña de Barajas, madre de un hijo gay
“Yo soy de valor, de inmenso valor […] Nuestro Padre Celestial tiene un plan para mí, no sé cuál es, pero debe ser grande. Yo me amo, yo me apoyo y de ahí salen fuerzas para seguir adelante”
-Aralim Moreno, mormón LGBT
Durante la segunda parte de la sesión, tuvimos la bendición de escuchar a Rina Riesenfeld, autora de “Papá, mamá, soy gay” y co-creadora de la librería especializada en sexualidad “El Armario Abierto”. Dio un mensaje de aceptación y de la importancia de la familia y la comunidad, desde el punto de vista de una mujer judía, lesbiana, hija y escritora. Inició su mensaje con la declaración “Todos tenemos una familia”.
Cuando una persona “sale del clóset”, explicó, ya lleva todo un proceso de aceptación que le ha tomado tiempo y madurez, y la familia también debe llevar este proceso. La familia necesita material e información para saber cómo reaccionar. Dijo: “Para la aceptación hacer falta información”, refiriéndose tanto al individuo como a aquéllos que le rodean en un núcleo familiar.
Continuó su mensaje hablando de la importancia de la comunidad, dijo que “el sentido comunitario que tenemos las minorías es un regalo” y que podemos ayudar a mas personas LGBT al crear ese sentido de hermandad, evitando que vivan lo que nosotros vivimos y llegando a la auto-aceptación de una manera mas sencilla ya que recorren un camino que alguien más ya ha recorrido.
Testificó de este principio al contarnos cómo fue que ella contactó a mas judíos LGBT y dijo que lo único que logró sanar su alma después de muchos malentendidos con su familia y sus líderes religiosos fue salir del clóset y el saber que había mas gente como ella, ya que escuchar “yo también” son las palabras mas sanadoras para una persona que cree que está sola en su experiencia de vida.
Antes de concluir nos relató cómo fue que tuvo la idea de escribir “Papá, mamá, soy gay”, ya que se dio cuenta que no existían recursos para los familiares sobre cómo reaccionar cuando un hijo salía del clóset. Se dedicó a entrevistar a padres dentro y fuera de la comunidad judía sobre cómo habían logrado aceptar a sus hijos después de saber que eran LGBT. Y respecto a una posible nueva edición dijo que sería una buena idea “incluir a Afirmación, porque si el libro llegara a caer en manos de un morón, sería de gran utilidad saber que existe este paraíso”.
Las palabras de Rinna fueron seguidas por Miriam, madre de una hija lesbiana y miembro de la organización civil “Familias por la Diversidad Sexual” en México, quien también habló del proceso que presenta para la familia cuando un hijo sale del clóset y expresó que ella “quisiera que (les tuviéramos) un poco de paciencia, porque los padres no (están) educados para tener un hijo homosexual, bisexual o transgénero”.
Explicó que uno de los grandes pasos de aceptar a un hijo LGBT es el renunciar a las expectativas que uno tiene como padre, lo que conlleva dolor y duelo, pero dijo que la solución es que los padres deben aprender a vivir su vida de manera independiente y no a través de sus hijos, permitiendo que éstos a su vez vivan su vida y sean felices. Dijo que la intolerancia en nuestra comunidad puede destruir a las familias si no están preparadas para enfrentar una situación así.
Nos contó cómo inició Familias por la Diversidad, a partir de un grupo de madres y padres que se reunían a llorar en la sala de su casa, hasta que se dijo “No podemos sólo llorar, tenemos que hacer algo diferente”. Ella tiene una firme creencia de que las familias deben estar juntas. Que todos somos diferentes y que nuestras diferencias no deben ser la fuente del rechazo en nuestros hogares, ya que el rechazo orilla a los jóvenes LGBT a las adicciones, a las prácticas sexuales inseguras, enfermedades de transmisión sexual, depresión e incluso el suicidio.
Al contarnos la historia de su hija y cómo salió del clóset, mencionó que lo mas doloroso en retrospectiva ha sido el haberse perdido tantos años de la vida de su hija, cuando ésta tenía que mentir para ocultar su orientación sexual. Concluyó diciendo: “Queremos amor, queremos que se compartan las vidas. No nos perdamos de la vida de nuestros hijos, y no dejemos que los hijos se pierdan de las vidas de sus padres”.
La tercera y última parte de la sesión fue dedicada a los participantes, dando tiempo para que cada uno se presentara y así pudiera dar a conocer un poco de su historia personal y en qué lugar se encuentra dentro de la encrucijada de la diversidad sexual y el mormonismo; fue una actividad muy emotiva, ya que generó un sentimiento aún mayor de caridad y empatía por los demás asistentes, dejando un Espíritu de unidad y amor.
Sábado 15 de noviembre de 2014
La segunda sesión de la conferencia se dividió en tres bloques de discursantes con tres temas específicos, que exploraron diversos aspectos de la intersección entre la sexualidad y la espiritualidad.
“Mi familia y yo” fue el tema del primer bloque, principalmente enfocado a exponer el impacto que genera sobre el núcleo familiar el descubrir que un hijo o hija es LGBT y cómo encaja esta situación dentro de las enseñanzas del Evangelio, y sobre todo en la doctrina de la familia eterna.
Hna. Lourdes Peña Olguín
La hermana Lourdes conoció Afirmación por medio de su hijo, quien es gay, hace aproximadamente 2 años cuando él salió del clóset. Nos contó su experiencia de cómo ella vio el cambio gradual en su hijo, desde ser un joven alegre y extrovertido a estar siempre irascible y triste antes de aceptar su sexualidad. Su hijo se unió a un grupo en BYU, donde aprendió acerca de la homosexualidad y poco a poco fue aceptándose a sí mismo, también buscó ayuda de un terapeuta quien le recomendó que revelara su orientación sexual a su familia.
Ella ahora tiene un testimonio de que Dios ama a todos sus hijos por igual, su relación con su hijo ha mejorado y cree que debemos aprender a vivir en armonía con los principios del Evangelio y mostrando caridad y amor por todas las personas, y mas aún dentro de la familia. Durante la conferencia general de octubre escuchó un discurso por el élder Jörg Klebingat que tocó fuertemente su corazón:
“Millones de sus hermanos y hermanas han sido y están siendo probados de esta manera, ¿por qué no habrían de serlo ustedes? Algunas pruebas son fruto de nuestra desobediencia o negligencia; otras son causadas por la negligencia de los demás o simplemente porque éste es un mundo caído. Cuando llegan las pruebas, los secuaces del adversario empiezan a anunciar que ustedes han cometido un error, que es un castigo, una señal de que su Padre Celestial no los ama. ¡Ignórenlo! En cambio, oblíguense a sonreír, alcen la vista al cielo y digan: Lo entiendo, Señor. Sé lo que es esto: un tiempo para demostrar que puedo hacerlo, ¿verdad?”
Israel Flores Álvarez, secretario de Afirmación México
El tema de la familia es importante y particularmente especial para él, ya que se encuentra actualmente en el proceso de platicar a sus papás cómo se siente y lo que piensa respecto a su orientación sexual. Relató su proceso de aceptación y cómo fue que encontró las palabras de solaz cuando platicó con una amiga de su barrio, quien le dijo: “Eres un hijo de Dios, y el amor es amor… y si tu felicidad está en amar a otro hombre, está bien”.
Dentro de su discurso habló acerca de la necesidad que existe en las familias SUD de vivir con mayor respeto, tolerancia y caridad, dijo “mi motivación es ver una Iglesia donde todos nos aceptemos y amemos sin reservas”. Y explicó que esta clase de comunidad sólo puede alcanzarse si se vive dentro de los hogares y en todas las relaciones familiares.
Hno. Nefi Rodríguez Rodríguez
Nefi siempre ha sido muy abierto en su familia respecto a su sexualidad y nos brindó un enfoque hermoso del papel que juega dentro de su hogar, ya que ha sido un padre para la hija de su hermana, y nos testificó del gran amor que siente por ella y de lo valioso que ha sido para él poder enseñarle los principios del Evangelio.
Inició su discurso citando 1 Nefi 1:1, y aplicando la escritura a él mismo. Nos habló del gran amor que siente por sus padres y del ejemplo que ellos siempre le han dado, nos dijo que él aprendió todos los valores que le han moldeado dentro del seno familiar y que son los que ahora inculca a su hija. Compartió también el amor que siente por la Iglesia y nos explicó que siempre se ha sentido bienvenido en su barrio, donde los líderes le han mostrado aprecio y comprensión a lo largo de toda su vida.
Compartió la canción de la primaria “Contigo iré”, escrita por Carol Lynn Pearson, quien es de la Mesa Directiva de Afirmación Internacional y gran defensora de la comunidad LGBT dentro y fuera de la Iglesia. Al escuchar las palabras del bello himno, pudimos ser partícipes del Espíritu y testigos del gran amor que Nefi siente hacia su hija, ya que él comentó que la letra de la canción es el sentimiento que ella le ha demostrado siempre.