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“Vivir en Armonía” – Parte 2

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November 26, 2014

Sábado 15 de Noviembre (continuación)

El segundo bloque de oradores fue “MI CAMINO HACIA LA AUTO ACEPTACIÓN”, que incluyó mensajes enfocados a enseñar la importancia de reconocerse como LGBT y de amarse íntegramente, de tener el valor de salir del clóset y vivir una vida plena, evitando la autocompasión y los sentimientos de culpa.

Hno. Francisco Villalobos

Inició su mensaje hablando de la gran aceptación que recibe la comunidad homosexual en su natal Juchitán, en Oaxaca, donde los hombres homosexuales y los “muxes” (personas nacidas con sexo masculino que adoptan roles sociales femeninos) son bien recibidos en las familias, pues se espera que ellos cuiden de los padres durante la vejez… ¡si bien aclaró que ese no es el plan de vida que tiene!

Continuó describiendo las 4 fases que llevan a la aceptación personal:

  1. La duda: cuando el individuo comienza a descubrir su sexualidad y cuestiona su identidad de género y orientación sexual.
  2. El rechazo: al observar que no forma parte de lo “normal”, la persona niega sus diferencias ante sí mismo, surgen sentimientos de culpa y desesperación.
  3. El conflicto: ocurre cuando el individuo se da cuenta que sus diferencias persisten y que debe elegir si continuar en rechazo y seguir con el sufrimiento o aceptarse y conciliar su sexualidad con los demás aspectos de su vida.
  4. El compromiso: viene de aceptarse íntegramente y aprender a vivir cada día con integridad y honestidad hacia la propia identidad sexual.

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Presidente Adrián Sánchez Román

Compartió un mensaje basado en las promesas que se encuentran en las Escrituras, aplicadas a las personas LGBT que deciden vivir un camino de autenticidad y aceptación.

Entre las promesas que mencionó se encuentra Job 41:15-17,24-25, donde leemos sobre la fortaleza del Leviatán:

15 La gloria de su vestido son hileras de escudos fuertes, sellados estrechamente.

16 El uno se junta con el otro, de modo que el viento no entra entre ellos.

17 Pegado está el uno con el otro; están trabados entre sí y no se pueden separar.

24 Su corazón es sólido como una piedra, fuerte como la muela inferior de un molino.

25 Cuando se levanta, tienen temor los fuertes, y a causa de su quebrantamiento buscan purificarse.

Y explicó que podíamos asemejar los escudos de los que habla la escritura (en cursiva) a nuestro cuerpo y nuestro espíritu, unidos por medio de la auto aceptación y la integridad, de modo que la promesa es que seremos fortalecidos ante la oposición si logramos unir nuestra identidad espiritual a nuestro cuerpo mortal con todas sus características, inclusive la identidad de género y la orientación sexual. Citó también los frutos del Espíritu que se encuentran en Gálatas 5 y habló sobre cómo el no aceptarse a uno mismo y el vivir en constante rechazo aleja al Espíritu y nos lleva a pensar que no somos merecedores del amor de Dios.

Hna. Julieta Troncoso

Julieta es una mujer abiertamente lesbiana quien compartió su testimonio de lo que representa para ella ser gay y mormona y cómo ha bendecido su vida el ser auténtica y aceptarse como es. Contó que ella decidió bautizarse a pesar de sus sentimientos y orientación sexual por el fuerte testimonio que recibió del Evangelio y contó la experiencia que tuvo de encontrar un obispo comprensivo y amoroso quien la guió y le aseguró que es una hija de Dios.

Al salir del clóset ante su familia, ella recibió un gran apoyo de sus seres queridos, quienes le dijeron “así te hemos conocido siempre, y así te amamos”. Nos recalcó la importancia de haber tenido ese apoyo tanto por parte de sus familiares como de los líderes en su barrio. Durante un tiempo en que sus líderes no la apoyaron y se sentía sola, ella abrió las Escrituras y encontró Génesis 2:9, y obtuvo un testimonio de que ella había sido creada a imagen y semejanza de Dios, que había un propósito para sus diferencias y que si el Padre la había creado así, no podía estar mal.

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El último bloque de la sesión se tituló “LA IGLESIA Y YO” y seguía el enfoque de cómo podemos buscar un lugar dentro de nuestros barrios y fomentar la conversación y el diálogo con los líderes a cualquier nivel, así como con los miembros de la Iglesia para mejorar la experiencia que viven los mormones LGBT en la actualidad.

Vicepresidente Alejandro Alcántara

Su mensaje estuvo centrado en explicar cómo podemos educar a nuestros líderes para que aprendan a amar a los miembros LGBT de sus congregaciones y que puedan tener los recursos oficiales mas recientes para evitar situaciones de rechazo que perjudican al individuo y a su familia.

“Hace falta instruir a los líderes a ayudar a los jóvenes LGBT y si la instrucción no viene de arriba nosotros podemos enseñar a los líderes que somos valiosos” dijo y dio tres formas en la que los mormones LGBT podemos educar a nuestros líderes “desde abajo”:

  1. Prestando servicio significativo en nuestros barrios y comunidades.
  2. Honrando a nuestros padres y viviendo principios que ellos nos han inculcado.
  3. Amando al prójimo incondicionalmente y siendo ejemplos de caridad, tolerancia y hermandad.

Hermano César Carreón Tapia

Habló sobre la importancia de compartir mensajes edificantes para alcanzar a mas personas y acelerar el proceso de comprensión dentro y fuera de la Iglesia. Habló de la “comunidad que se forma cuando compartimos mensajes que nos edifican, nos elevan y nos ayudan” a entendernos mejor como individuos.

Habló de lo importante que es publicar mensajes en cualquier red social, ya que no sabemos a quién le va a servir de ayuda y consuelo, no sabemos a cuántas personas tocarán nuestras palabras ni en qué parte del mundo o en qué momento y sin embargo es esa comunicación la que genera un sentido de comunidad y dijo que para él eso es un verdadero milagro.

Concluyó citando un discurso del élder Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, donde enseñó que los avances tecnológicos nos permiten acelerar la obra de salvación, y que debemos estar agradecidos por vivir en una época como esta, en la que los mensajes que antes tardaban desde días hasta meses en llegar a ser transmitidos pueden ser compartidos en segundos en cualquier parte del mundo y de esa manera “inundar el mundo de rectitud”.

Hermana Diane Oviett

La hermana Oviett es madre de un hijo gay y compartió su mensaje sobre cómo ha recibido apoyo por parte de sus líderes en la Iglesia. Inició contando que el saber sobre la orientación sexual de su hijo ha sido un viaje difícil para su familia, pero que lo han sobrellevado con amor y fe, de la mano de líderes bondadosos y comprensivos.

Su hijo tuvo problemas de aceptación y depresión, pues no veía un futuro claro para él. Ella recuerda haber temido incluso que él llegara a quitarse la vida, por lo que desde un principio decidió que ella respondería con un amor incondicional y yendo más allá al participar activamente en Afirmación, llevando el mensaje de amor a todas las personas que deseen escucharla.

En un principio ella temía la reacción de su esposo, criado en Utah en una familia tradicional, pero la respuesta de él fue: “Si la Iglesia no puede aceptar a mi hijo, entonces la Iglesia no es verdadera”. Y fue su presidente de estaca quien se acercó a ellos para hablar acerca de su hijo, pues estaba preocupado por él.

Su presidente tuvo una entrevista larga y amorosa con ellos, les mostró gran empatía, lloró con ellos y, dice Diane, “sabía mas” que ellos respecto a la homosexualidad. Dos horas después de discutir cómo actuarían como familia, como barrio y como líderes ante la sexualidad de su hijo, el esposo de la hermana dijo “Esta bien, la Iglesia todavía es verdadera”.

Si bien su obispo les dijo que no sabía si la Iglesia algún día permitirá los sellamientos LGBT en los Templos, afirmó que sí podemos –y debemos- mostrar más amor y compasión. La hermana Oviatt nos testificó que “un líder informado y compasivo hace una gran diferencia” y relató cómo, por recomendación se su obispo, ella compartió su historia en un domingo de testimonios y “salió del clóset” como familia.

La reacción de su congregación fue hermosa: al finalizar la reunión había una fila enorme de gente que quería agradecer su testimonio, con lágrimas en los ojos, y le reiteraron el amor que sentían por su hijo y por su familia, incluso una fila del grupo de Sumos Sacerdotes se acercó a su esposo con el fin de mostrarle su apoyo. Ella dice que “al compartir nuestra historia, ponemos un rostro a la situación y podemos tocar el corazón de muchas personas”.

Antes de concluir nos compartió un fragmento de su bendición patriarcal, donde a ella se le prometió que “(su) hogar (sería) un refugio para los que se sienten rechazados” y nos explicó que ella, a los 18 años, cuando recibió su bendición no tenía idea de cómo iba a continuar su vida, menos que iba a ser la madre de un hijo gay y que su hogar se vería lleno en múltiples ocasiones de miembros LGBT y aliados en busca de consuelo.

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